Ha sido un año muy, muy raro, muy diferente pero a mi manera, de nuevo, he intentado disfrutar de lo simple y lo pequeño, de la salud y de la compañía a distancia. Dando gracias también a la tecnología que tenemos para poder comunicarnos.


A manera de reflexión personal y pensando en los demás, espero que aquellos que hoy no nos acompañan en este mundo, gocen de un pleno descanso en el paraíso eterno, en el infinito. Han tenido que partir antes y nos han dejado un lindo recuerdo, un legado, que los que aún continuamos viviendo tenemos que seguir construyendo.
Que la tarea de reconocer la diversidad entre lo diverso sea del día a día, tolerar, respetar y apoyar la diferencia es crecer como cultura. También que todos cometemos errores y que muchas veces no tenemos la culpa de las cosas, sino que culturalmente fuimos criados diferente.
Conclusión: Si a las segundas oportunidades, no al prejuicio, la clasificación y el estigma.
